¡Hala,
se acabó la maldición de no ganar en Turquía!
Y
eso que, de inicio, no pintaba nada bien con toda la plantilla griposa, la
ausencia de LLull -el jugador más decisivo en los últimos encuentros- y, ya
durante el partido, la más que lamentable actuación arbitral.
Buen
inicio, 0-6, a cuenta de los Pivots pero, los locales apretaron mucho y nos
ganaron los uno contra uno para cerrar el primer cuarto con un marcador 22-21.
El
segundo cuarto fue un correcalles plagado de malas decisiones y sus
correspondientes pérdidas de balón por parte de los dos equipos durante unos
primeros minutos horribles de verdad para el aficionado. Poco a poco el equipo
se fue rehaciendo y, sorprendentemente, llegamos al descanso con un punto de
ventaja.
Tras
la pausa, vivimos un período demencial por parte de los árbitros que nos
dedicaron una antideportiva y dos Técnicas seguidas al banquillo por ¡hablar
entre ellos, pásmate! Habrá que reconocer que, con el marcador en contra, el público
histérico perdido, Ayón “lailolailo”, Carroll anulado, Rudy apareciendo poco
y regular, cualquier equipo se habría
desquiciado. Pero esto es el Real Madrid, oiga: a base de “pelotas” el equipo
se sobrepuso, Rudy fue a más, Doncic hizo, otra vez, el partido de su vida (17
puntazos, 9 asistencias, 5 rebotes y 31 de valoración) echándose todo a la
espalda y Ayón puso un tapón decisivo al intento de penetración de la última
jugada para forzar la prórroga.
Y,
a pesar de un arbitraje canalla, un pasito más hacia los play off.
¡
HALAMADRID ¡
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