Duodécimo
contra segundo y tiene su importancia, porque si ganamos nos colocamos líderes.
En esta cancha el público es muy pesado, soso pero pesado, y te está dando la
matraca hasta el final y también después (deben tener algún problema rectal
porque se mantienen de pie todo el partido)
Una
vez finalizado el partido, hacer la crónica es muy fácil: Un gran partido de
principio a fin; se ha peleado a cara de perro por todos y cada uno de los
balones y los rebotes. Ninguno de los dos equipos ha regateado esfuerzo.
El
Real Madrid ha mandado en los marcadores parciales pero nunca alcanzó una renta
mayor de seis puntos. La clave de la victoria estuvo en tres cosas: el dominio
del rebote, los jugadores de banquillo que mantuvieron el marcador y, ante todo,
en el oficio que solo tienen los campeones.
El
mejor Ayón posible brilló con luz propia –estuvo en su máximo nivel- Por lo
demás, los números hablan por sí solos (Carroll 24 puntos y LLull 26).
Para
guardar en la retina, otro triple imposible de LLull y, como no, la canasta
final que decidió el partido. Y van…
¡HALAMADRID ! por
Paquito
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